Archivaldo es un archivero de metal con un sistema de organización de documentos acordeon y un sistema de cierre de cuerda, gestos que se encuentran normalmente en un archivero de casa, en un intento por reasignar valor a la información física, por medio de la rematerialización. Esta pieza fue desarrollada para la exhibición La Oficina de Pink Essay llevada a cabo en la Torre Latinoamericana en El Catorce.
Lugar: Ciudad de México
Fecha: 2024
Estatus: Completo
A lo largo de los años y con la evolución de los espacios de vida y trabajo humanos, así como la inminente digitalización absoluta de la información, el archivador ha de-volucionado a una sombra de lo que fue en algún momento, compacto, hecho de papel o polímero, abandonando la idea de que un sistema de archivos merece su propio mérito como un mueble independiente. El lenguaje moderno de diseño de oficinas se estableció aproximadamente en la década de los 90, y aunque ha evolucionado a lo largo de los años, hay un cierto grupo de objetos de oficina que ahora habitan en una especie de limbo, un espacio liminal entre la antigua idea de la oficina y la contemporánea.
Esta familia de objetos es variada, pero comúnmente trata con la información y su almacenamiento. Las oficinas solían tratar con información plástica, material, física, mucho más de lo que hacen ahora, lo que ha llevado a muchas tipologías a la obsolescencia, como los archivadores, los rolodex, los sistemas de archivo de tomos, los portarrevistas e incluso las unidades USB.
El ascenso del archivador a menudo se minimiza en la historia de la humanidad y el trabajo, este sistema vertical de almacenamiento de documentos tuvo un papel clave en el desarrollo de los espacios de trabajo modernos, que solían lidiar con archivos con un sistema de tomos donde era muy difícil buscar documentos específicos. Al investigar la historia del archivador nos encontramos con varias citas que implican que el estilo no era algo que se tuviera en cuenta al diseñar el primero, y aunque podría parecer así dado su lenguaje normalmente asociado: metales, ángulos rectos, colores grisáceos, no es el caso en nuestra opinión.
Al investigar más a fondo, nos encontramos con antiguos anuncios del archivador, varios de los cuales tenían la cita "Construido como un rascacielos", lo que implicaba que la durabilidad del archivador era excepcional. Esta frase comunica varias cosas, y deja claro que decisiones estéticas sí fueron tomadas cuando se construyó el primero, dado el hecho de que los rascacielos eran el icono brillante del mundo moderno en ese momento, compararlos con el archivador tenía sentido, ya que este nuevo método para archivar también representaba una revolución en la organización interna para el espacio de trabajo moderno, algo que debía tomarse en serio.
Estructuras monolíticas, metálicas y grises que poblaron la oficina, estériles y sin preocupaciones por el estilo, el archivador definitivamente representa el surgimiento de la burocracia capitalista, y cumple su papel.
Al diseñar Archivaldo, pretendíamos reasignar valor a la información física, restableciendo su importancia mediante la rematerialización. Este es un objeto que se regocija en su propia obsolescencia, porque al final del día un mueble físico destinado a almacenar documentos no tiene lugar en el espacio de trabajo contemporáneo.
¿Qué tan serio puede ser un archivador en el siglo veintiuno? Su propia existencia pende de un hilo, en cualquier caso, está destinado a ser la pieza más consciente de sí misma que pueda ser, mediante la inclusión de un sistema de cierre con cordón y un acordeón plegable de algún tipo, que normalmente se encuentra en carpetas de archivo portátiles, pretendemos combinar gestos estilísticos resultando en un archivador amigable para la oficina o el hogar, que comunique la seriedad de los documentos que guarda, pero que sea completamente consciente de su propia inutilidad en estos tiempos.